-Gracias. Para beber tráigame una coca-cola. No, nada más. Pues, como te decía, a mi ese tipo no me cae bien. No sé. A lo mejor es esa estúpida barbita, o ese aire de intelectual que se gasta, o la manera que tiene de hablar tan lento, como si rumiara las palabras... ¡Es que no lo soporto!
-¡Pues nadie lo diría! Cuando llego, le hiciste tu típico examen y creo que aprobó con nota.
-Tu calla y sigue leyendo que de estas cosas no entiendes. Camarero, ¿viene ya esa coca-cola, o que? ¡Ah, y tráigame otro sandwich de mechada!
-¡Huy, chica, mira que eres zorrona! Por favor, como tratas a Elvira...
-¡Bah, déjala! En realidad ni se entera. Mírala, cualquier día de estos se le va a caer un ojo de tanto leer.
-Sí, sí, reíros. Pero yo al menos aprovecho el tiempo.
-Nada, no le hagas caso, las novelitas rosa la deprimen. ¿Por dónde iba, cariño?
-Hablabas del nuevo. De Juan Antonio.
-¡Ah! Sí, ese. Créeme, no es trigo limpio.
-Pues yo lo veo superamable y superatento. El otro día, sin ir más lejos...
-¿Qué? ¿Le dio paso a una ancianita? ¿Te abrió la puerta para que pasaras delante? ¡Y tú te encandilaste como una simple! Espera que llega mi sandwich. Y que bien huele el "codenao". Gracias. No, sólo la cuenta...Te lo digo yo, cualquier día de estos vemos a ese tío en el telediario por haber descuartizado a su novia, y a una vecina pringada como tú diciendo: "no me lo puedo creer, era tan 'hiperamable'..."
-¡Cómo eres Patri! Si no te conociera me darías miedo.
-A mí lo que me da es pena. ¿Quieres que te diga lo que pienso? Pues que se la tienes jurada a ese pobre pibe porque es el único que no te ha hecho caso.
-¡Calla y sigue en lo tuyo, bruja! ¡Qué sabrá una...! Mira, mejor me callo.
-¿Una qué? ¡Anda, dilo!
-Venga va, chicas, no os peleéis. Además, ya se ha pasado la media hora. ¡Tenemos que volver!
-Me acabo el sandwich y pago, que hoy me tocaba a mí.
...
-Tranquilo, Juan. Ya se han ido.
-¡Pues nadie lo diría! Cuando llego, le hiciste tu típico examen y creo que aprobó con nota.
-Tu calla y sigue leyendo que de estas cosas no entiendes. Camarero, ¿viene ya esa coca-cola, o que? ¡Ah, y tráigame otro sandwich de mechada!
-¡Huy, chica, mira que eres zorrona! Por favor, como tratas a Elvira...
-¡Bah, déjala! En realidad ni se entera. Mírala, cualquier día de estos se le va a caer un ojo de tanto leer.
-Sí, sí, reíros. Pero yo al menos aprovecho el tiempo.
-Nada, no le hagas caso, las novelitas rosa la deprimen. ¿Por dónde iba, cariño?
-Hablabas del nuevo. De Juan Antonio.
-¡Ah! Sí, ese. Créeme, no es trigo limpio.
-Pues yo lo veo superamable y superatento. El otro día, sin ir más lejos...
-¿Qué? ¿Le dio paso a una ancianita? ¿Te abrió la puerta para que pasaras delante? ¡Y tú te encandilaste como una simple! Espera que llega mi sandwich. Y que bien huele el "codenao". Gracias. No, sólo la cuenta...Te lo digo yo, cualquier día de estos vemos a ese tío en el telediario por haber descuartizado a su novia, y a una vecina pringada como tú diciendo: "no me lo puedo creer, era tan 'hiperamable'..."
-¡Cómo eres Patri! Si no te conociera me darías miedo.
-A mí lo que me da es pena. ¿Quieres que te diga lo que pienso? Pues que se la tienes jurada a ese pobre pibe porque es el único que no te ha hecho caso.
-¡Calla y sigue en lo tuyo, bruja! ¡Qué sabrá una...! Mira, mejor me callo.
-¿Una qué? ¡Anda, dilo!
-Venga va, chicas, no os peleéis. Además, ya se ha pasado la media hora. ¡Tenemos que volver!
-Me acabo el sandwich y pago, que hoy me tocaba a mí.
...
-Tranquilo, Juan. Ya se han ido.
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