martes, 19 de mayo de 2015

CMD en vivo por internet

La 1:40 y por fin estamos en la escuela, llego directo a grupos, (a veces ya ni siquiera deseo entrar), todo es igual, lleno de gente y de ruido. En la última mesa distingo a mi equipo, al centro la Feitesm (tendremos junta), y a la entrada, mis amigos ansioso por comer. No lo pienso dos veces – vámonos a comer – y así lo hago. Regreso casi a las 3 p.m es muy tarde, no he hecho tareas, no he estudiado y algunos están molestos. Hago todo lo que puedo pero ya son las 4 y es hora de ir a clase, no puedo faltar, estoy al límite, algunas de ellas por preferir ir a CMD en vivo por internet.

La clase termina temprano, algo de esperanza ahora podré terminar algunas cosas, ya casi son las 5:30 y nada está listo. Algunos me preguntan: ¿vas a jugar? La respuesta es No, hay demasiado que hacer y ya casi entro a enlace.

Dos minutos después, estoy en la cancha, le he pedido a Diego que sólo me deje jugar 20 minutos. Durante todo ese tiempo solo puedo pensar en cuánto odio los martes, y más aún las clases. Son ya las 6:15 y el profesor no llega, no puedo más con el deseo de volver y así lo hago, marcador 2 – 2, quiero jugar. Algo extraño pasa, el sol pega con toda su fuerza, la cancha está pesada, y todos han corrido mucho, hay banca suficiente, pero nadie quiere salir. No puedo creer que me esté perdiendo el partido. De pronto termina, hemos empatado.

Todos descansan y comentan acerca de los aciertos y los errores, yo sólo puedo escuchar y por un momento pues debo volver a clase.

Son ya las 9:00 p.m y la clase por fin terminó, me esperan en grupos para irnos. Propongo ir a cenar y con gusto la idea es aceptada. Son ya las 10:30 y apenas llego a casa, sorpresa el equipo está ahí y no han hecho nada. La 1:30 am por fin, el maldito martes se acabó, ya no puedo más es hora de dormir, pues a las 8:30 me espera otra clase. Un baño no me caería mal, estoy sucio, cansado y harto. Pero en ese momento recuerdo los buenos momentos, la comida, el partido, qué más da que venga otro martes al fin del acabo así es la Pecuenca.


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